Las producciones teatrales que se estrenan en las afamadas de calles de Broadway – la de Londres y la de Nueva York – han creado verdaderos hitos de la cultura popular, incluso ese formato musical ha redimensionado el cine. Ha sido un camino de doble vida éxitos de taquilla como El Rey León de Disney se ha instalado desde 1997 consiguiendo muchos premios y ser una franquicia, o el caso de Chicago de Bob Fosse que al lanzarse en el 2003 se llevó 6 Óscares de la Academia Norteamericana y más de 140 Millones de dólares entre derechos televisión y taquilla desde entonces. Por eso proponerle a Netflix hacer un musical con Meril Streep y Nicole Kidman dirigidos por Ryan Murphy quien ya pasó a la historia con POSE y OJ vs The People, y producida por el no menos exitoso Andam Anders quien parió éxitos de Disney como Hanna Montana o Hight School Musical, fue seguramente fácil. 

The Prom son 2 horas y 20 minutos de 4k con HDR con el sonido más fidedigno de tus cascos o de tu equipo de sonido de puro cliché. No aburre, es linda, tiene buenas historias, las corografías son intensas y difíciles, y hay un par de secuencias memorables que fueron perfectamente bien editadas incluso conmueve por momentos su reiterado discurso en pro de la diversidad sexual, pero se queda a medio camino entre la bufonada fácil y abrirle un nicho más digno y respetable al público LGBT+ de Netflix. 

James Corden en su papel de homosexual gordo y frustrado es bastante homofóbico y creo mi tía y su mejor amiga tenían más química como pareja  que chicas lesbianas protagonizan la excusa principal del drama.

James Corden
James Corden fracasa como Homosexual

HBO, Amazon Prime, FilmIn, Hulu, StarzPlay y otras han apostado a respetar el segmento LGTB comprando contenidos más amplios o haciendo cintas y series sin tantas pretenciones. De hecho Ryan Murphy quien se ha convertido en los últimos años en un referente amado y odiado por producir no solo hits, sino que ha hecho de los incómodos temas como la transexualidad o el racismo verdaderos documentos audiovisuales es el principal culpable que Netflix tal vez no invierta en otra cosa más que él, por ende esta apuesta se traduce en un compromiso forzado que se nota en el divorcio con lo esencial de Broadway: todos somos potencialmente público que puede aplaudir o salirse de la sala.  

The Promo y Netflix
The Promo: lo bueno y lo malo de Ryan Murphy

No sé si volvería a verla, o si la recomendaría, pero estoy seguro de haberla disfrutado mucho entre el frío invierno y la tecnología que emana de mis equipos.