Tengo que definirme como amante del cine hecho y producido para homosexuales. Y no hablo del cine porno – que también me gusta – me refiero al cine con fuerte conciencia de la demisexualidad y por consiguiente con un discurso que va más allá de lo políticamente correcto. De hecho conversar de cine LGBT+ o de cine inclusivo y diverso me agobia, me aburre, por eso quiero solo centrarme en lo que yo entiendo por Queer

Ojo a mí me da por épocas. Es como una estación del año, donde me convierto en una persona queer que no cree que debo relacionarme con lesbianas, ni con trans y mucho menos con asexuales (que por cierto me parecen sexys). Pero bueno el cine – industria – también es así, le hace lobbies a géneros como por ejemplo en este momento a los más adinerados grupos TERFS (feminista radical trans-excluyente, por sus siglas en ingles). Para mí lo queer es solo entre hombres, entre maricones sin importar la edad o su grado saturación plumífera. 

7. Querelle – Rainer Werner Fassbinder – 1982

Es hermosa y conmovedora. Asfixiante y dramática pero sexy como el sexo sin protección. La historia esta basada en la novela homónima de Jean Genet que narra las desventuras de un marinero maricón asesino y narcotraficante y sus sortílegos en el universo marginal de un puerto. Franco Nero y Brad Davis entre otros nombres de gente con los cánones de belleza occidental que hacen de esta un texto universal para apadrinar al macho blanco que se asume homosexual.  

6. Sauvage – Camille Vidal-Naquete – 2018 

Ahhhh, wow…termina uno diciendo cuando se acaba esta hermosa cinta sobre el amor a libertad individual. Es un canto puro y simple a placer que se siente al no seguir la norma, cuando no esperamos que la vida sea un canon. Ser homosexual es ser salvaje, pero algunos terminamos domesticándonos y metiéndonos donde no le hagamos daño al paradigma heterosexual que domina y oprime al mundo. Es un cuento simple: un prostituto la sociedad lo recoge para hacerle creer que vive mal y que debe encausarse en el sistema de salud de pública que no puede con una pandemia. La actuación del joven Felix Maritaurd (Leo) es una bocanada de droga que no podemos soltar tan fácilmente. 

5. Cruising – William Friedkin – 1980

Creo que yo le debo a esta la excusa para salir del armario a tan temprana edad. La primera vez que la vi quede enloquecido con la estética, con la historia y la actuación de Al Pacino. Un policía acaba descubriendo un asesino en serie en la ciudad de Nueva York de los 70. Indispensable para saber como era la vida gay antes del SIDA y antes de las redes sociales. Un acercamiento nada cosmético al mundo de sadomasoquismo. 

4. Ander – Roberto Castón – 2009

Una demostración a carta cabal de que uno nace siendo maricón y ya. No es una joya que trata de sobresalir ni tiene espera que la luzcas en tu mejor cita. Dirigida y actuada por gente que cree que la vida esta llena de amor sin mucha excusa. Ander es vasco y amanece un buen día queriendo comerse a peruano, pero no sabe ni como ni porque. Con un sólido guion y con una puesta austera encuentra un camino seguro y simple hasta nuestras emociones.

3. Caida Libre – Stephan Lacan – 2013

Un dramón alemán que no deja claro la Ópera germana siempre fue un estilo y no una imitación como quieren hacer creer los italianos. Dos policías dentro del armario nos seducen a un laberinto de encuentros afortunados que se traducen en pasajes homoeroticos que nos recuerdan que cualquier hombre casado pudiera ser gay y no por ello pasarla mal. Digna de verla junto a tu conservadora. Una joya para cualquier sobremesa.  

2. Happy Together – Wong Kar-Vai – 1997

Amor puro y duro sin contemplaciones. Inmigración y marginalidad. Mezcla de culturas. Una de las películas más potentes de toda la cinematografía mundial. Dirigida magistralmente por el maestro chino de la orfebrería cinematográfica. La historia de una pareja gay dentro de los compases del tango suramericano. Ganadora de La Palma de Oro en ese mismo año. 

1. Un Rubio – Marco Berguer – 1997

El Xavier Dolan latinoamericano, Marco Berguer entrega una tesis de actuación con jóvenes que se exponen a una foto fija lírica y suelta. Con un guion flojo y un cuento de alphas poco atractivo, la película nos emborracha con escenas formales de sexo entre hombres y silencios poco comunes que nos hacen vivir con incomodidad la homosexualidad como cuando nos compramos una joya muy cara y la lucimos en la calle por miedo que nos la roben. Una historia posible en un mundo donde ser gay es igual de machista que no serlo, porque ser queer es cosa de hombres.