El futbolista alemán Phillip Lahm publicó su libro  “El juego: el mundo del fútbol”en el que aconsejó a los atletas a no salir del clóset. El lanzamiento de su ópera prima coincidió con el mes en el que se celebra el Día contra la LGTBIfobia en el deporte.

El campeón mundial de 2014, indica en su libro que si no están dispuestos a soportar insultos y difamaciones, entonces no es recomendable no hacer pública su sexualidad.

En toda la historia de las grandes ligas, entiéndase Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia, solo un jugador se atrevió a revelar su homosexualidad: Justin Fashanu, quien el pasado viernes 19 de febrero habría cumplido 60 años.

En su honor, cada 19 de febrero se celebra el día internacional contra la LGTBIfobia el deporte.

Fashanu tenía un talento incomparable, tras destacar en el Norwich logró su traspaso al Nottinghan Forest se convirtió en el primer jugador negro fichado por 1 millón de dólares.

En este club coincidió con Brian Clough quien al enterarse de su preferencia sexual lo recriminó y hostigó. Además la falta de apoyo por parte del equipo y los insultos de los hinchas, lo desequilibraron y terminó en la banca.

Fashanu negro, pobre y gay

En 1990, fue víctima de chantaje por el medio The Sun que publicó la declaración de su homosexualidad bajo el titular “1£m Football Star: I am gay” (Estrella del fútbol de 1 millón de libras: soy gay).

Con su carrera truncada, el desprecio de su familia, los medios se dedicaron a hostigarlo, hasta que en 1998 decidió quitarse la vida.

La tragedia de Fashanu no hizo mella y contrario a lo que se esperaba no despertó la empatía de otros futbolistas. De ahí que el consejo de Lahm podría considerarse innecesario porque a treinta años de la muerte de Fashanu, ningún otro jugador activo se ha declarado gay y solo uno lo hizo pero luego de retirarse: Thomas Hitzlsperger.

Compañero de Lahm en la selección alemana, Hitzlsperger, decidió hacer pública su homosexualidad después de finalizar su carrera y con la intención de promover un debate público sobre ser gay entre los deportistas profesionales.

Muchos calificaron el hecho de valiente otros como hipócrita, porque lo hizo fuera de la cancha y esto no enviaba un mensaje positivo a los niños quienes no tendrán un referente o le enseñará a que es mejor mantenerse resguardado en el clóset en vez de aceptar esa parte natural de su vida.

La LGTBIfobia no es solo en el fútbol

Recientemente, el jugador de la NFL, Ryan Russell habló de su decisión, de hace un año, se declararse bisexual. Durante el centenario de historia que tiene la NFL, ningún jugador se había declarado abiertamente gay.

“Es abrumador, pero tengo que seguir avanzando. Quiero ser el primero, pero no el último”, dijo a la BBC Sport.

Aclaró que no lo hizo antes porque prefirió su estabilidad económica y la de su familia que su vida personal.

Porque mientras sus colegas de equipo comentaban de sus ligues o parejas, él debía ocultar su vida amorosa, por temor a perder patrocinadores, ser insultado y perder la pasión de su vida.

“Ahora me doy cuenta de que ninguna de esas razones valen mi propia salud y bienestar”, ha sentenciado.

En la NBA, Jason Collins se declaró homosexual en el 2013 y en su momento expresó a Sorts Illustrated que no fue su intención ser el primer deportista gay en la NBA, pero que al serlo, indicó sentirse contento por ser el primero en levantar la mano donde nadie lo hizo.

Un año después de estas declaraciones se retiró. Ocho años han transcurrido y ningún otro jugador NBA ha seguido su camino.

Gareth Thomas también pensó en suicidarse

Gareth Thomas, leyenda del rugby británico, declaró en 2009 al medio Daily Mail que era gay. No lo había revelado antes por miedo a ser rechazado. Esa verdad lo llevó casi al suicidio. Su decisión de no hacerlo fue inspirador, sin embargo, no lo libró de un ataque homofóbico por parte de un adolescente, en 2019.

En España, waterpolista Víctor Gutiérrez, salió del clóset en 2018 en la revista Shangay, indicó que hubiese preferido ver a sus 13 años, futbolistas homosexuales porque su proceso seguro habría sido más fácil.

Son historias que parecen no suavizar a los grandes de los deportes que mantienen este debate alejado de la visibilidad.

Pareciera que esta situación de silencio es exclusiva de los deportes de equipos masculinos, sin embargo, en los individuales como el golf, la natación y el tenis el silencio es abrumador. Quienes han revelado ser homosexuales pertenecen a deportes minoritarios o hacen tras concluir su carrera.

Tal es el caso del nadador Ian Thorpe, quien luego de escribir en una autobiografía que no era homosexual después de tratar su depresión lo reconoció en una entrevista a Channel Ten.

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron la mejor muestra del silencio de los atletas homosexuales donde tal solo 50 de los más de 11 mil se reconocen abiertamente gay.

Resulta increíble que justamente en el momento donde la influencer adolescente, Jojo Siwa, con un público infantil, habla abiertamente de su novia. Por su parte, el famoso SonicFox de eSports comparte en los foros a los que asiste que es homosexual. Disney estrenó su primera serie protagonizad por un personaje queer.

Personas talentosas, con carreras exitosas y estabilidad económica no son capaces de declararse como referentes gays.

LGTBIfobia en los estadios

En el deporte de equipos prevalece un perfil heteronormativo, conservador y machista; y cualquier intento de apartarse de este debe ser señalado y castigado.

Un vivo ejemplo se vivió hace 20 años cuando los rivales del Real Madrid, le gritaron a José María “Guti” Gutiérrez por utilizar el cabello largo: “Guti maricón”. Lo mismo le ocurrió Héctor Bellerín del Arsenal a quien le gritaron “Lesbiana” por llevar melena.

Con estas actitudes queda al descubierto el poco interés de las instituciones por no intervenir a favor de la inclusión y contra la LGTBIfobia en los estadios. Por el contrario se hacen la vista gorda ante los insultos homófobos y consienten la realización de competiciones internacionales en las sedes “libres de homosexuales” como Polonia, Rusia y Qatar.

En Rusia, el Mundial de Sochi representó una cachetada a los deportistas LGTBI y en Qatar, sede del próximo Mundial de fútbol la homosexualidad tiene una pena de 15 años de prisión.

El beso de Kenworthy

Quizá la LGTBIfobia y el miedo de las instituciones y atletas sea la pérdida de patrocinantes clásicos, aunque atletas como Gus Kenworthy, primer deportista declarado homosexual ganó a las marcas Visa, United Airlines, Procter & Gamble y Deloitte; y hasta un protagónico en la serie American Horror Story 1984.

La demostración de amor que le dio a su pareja fue la imagen con mayor impacto en los juegos de Pyeongchang. Gus actúa con total libertad porque reconoce lo que es crecer sin modelos gays. En su cuenta Twitter escribió:

“No me di cuenta de que este momento estaba siendo filmado ayer, pero estoy muy feliz de que así fuera. Mi yo de la infancia nunca hubiera soñado con ver un beso gay en la televisión en los Juegos Olímpicos, ¡pero por primera vez un niño puede verlo en su casa! El amor es amor es amor”

Que el beso de Kenworthy se convirtiera en portada muestra toda la tela que queda por cortar.

Quienes aún no comprenden la importancia del Día de orgullo LGTBI y el Día Internacional contra la LGTBIfobia en el deporte, deberían reflexionar el porqué son aceptadas y más comunes las pruebas de afecto hetero como las de Tom Brady besando a Gisele Bündchen, a Sergio Ramos demostrando su amor a Pilar Rubio o a Rafael Nadal abrazando a Xisca Perelló.

Mientras miles de deportistas deben esperar llegar a casa para poder celebrar sus logros con sus amores para evitar los insultos, golpes y despidos.

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