Es bueno ser gay, al menos en TikTok, donde los chicos heterosexuales no solo fingen serlo, sino que realizan actos homosexuales, como molerse unos a otros en las habitaciones de los hoteles, mientras que los “likes”, complementados por decenas de miles de comentarios que van desde “hawwt” hasta “deslízate en mi DM tal vez”, se acumulan por millones con cada beso fingido, abrazo falso o abrazo simulado.

Queerbait, que no es ofensivo en sí mismo, pero todo eso por los “likes”, sobre todo teniendo en cuenta que los compromisos de las redes sociales a menudo se monetizan… Por cierto, el amor BL o de chicos también se está convirtiendo en un género propio, ya sea como libro o como película o como serie en Netflix, a veces protagonizada por actores heterosexuales. No obstante, reconozco que aquí nos estamos desdoblando.

No es que sea malo ser gay, pero teniendo en cuenta cómo durante todas estas décadas la comunidad LGBTQ+ ha estado luchando por la igualdad, por no hablar de los derechos básicos, como las oportunidades de trabajo o la igualdad salarial o incluso el mero reconocimiento, tampoco es una vida fácil.

Desde cualquier ángulo, especialmente desde el punto de vista de las generaciones mayores, estas farsas gay en TikTok y otras plataformas de medios sociales, que alcanzaron un tono febril el año pasado, en medio de la pandemia, pueden parecer una especie de trivialización de la lucha LGBTQ+.

Puede parecer que no hacen honor a la situación o a la lucha de personas como Matt Shepard, Sylvia Rivera, Harvey Milk, Edith Windsor, incluso Josephine Baker, o, más cerca de casa, Gregorio Lampino y, últimamente, Gretchen Díez, tanto si él o ella -o ellos- acabaron siendo víctimas o vencedores.

La palabra clave, en el párrafo anterior, es parecer porque, para ser sinceros, en mi época, el más mínimo indicio de inconformismo de género equivalía a un suicidio social. Por eso ahora puede resultar chocante que esas muestras públicas de afecto hacia el mismo sexo sean tan populares o virales.

Sea o no queerbait, estas publicaciones en TikTok están ayudando a sacar muchas cosas del armario, dado que, al menos según los principales TikTokers que fingen ser gays, como Connor Robinson, de 17 años, de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, la mayoría de los seguidores de este tipo de cuentas en este servicio de redes sociales para compartir vídeos son mujeres (¡el 90%!), a las que simplemente les parece bonito que los chicos se muestren tan mimosos.

Es posible que la fluidez sea el juego ahora y que este tipo de experimentación de la identidad sexual y la ambigüedad de género sean una expresión de ello: la nueva rebelión adolescente provocada por los aumentos hormonales y la curiosidad natural.

Después de todo, ningún niño de la generación actual o de la venidera va a crecer en un entorno binario ahora que los matrimonios del mismo sexo se han legalizado en muchos lugares, y la vieja y engañosa visión del sexo entre personas es solo una de las muchas combinaciones.

Mira cualquier programa para adolescentes en Netflix o Amazon Prime y verás todo un abecedario de identidades, orientaciones y preferencias sexuales

Cuando mis sobrinas tenían ocho y cinco años, las escuché teniendo una conversación de hermanas, en la que la mayor le decía a su hermana menor: “A algunos chicos les gustan los chicos y a algunas chicas les gustan las chicas. No siempre a los chicos les gustan las chicas y a las chicas les gustan los chicos. No es así, sabes”.

Y como soy de una generación que se horroriza o se refresca al ver a dos hombres cogidos de la mano en una discoteca, necesito apartarme un poco al verlos hacer algo más que cerrar los dedos en TikTok para evaluar si mi reacción está sacada directamente del libro de construcciones sociales o de muchos, muchos años de educación en la escuela católica.

La sexualidad es tan compleja y ahora incluso tan individual.

¿Tiene que ser un chico gay para besar a otro chico? ¿Una mujer trans casada con una chica heterosexual es efectivamente lesbiana?

¿Compartir una piruleta es incluso un acto sexual (no lo hagas en estos tiempos COVID)? Tal vez la intimidad se ha liberado, como el resto de las cosas que solíamos vigilar, como los cuerpos de las mujeres, como la información, como la autoridad, como la fama, como el Senado o Malacañang.

Es algo bueno, es algo malo, pero ya no es un mundo hetero, y mucho menos, un mundo de hombres. Esta última frase incluso a las mujeres heterosexuales les dará un ataque, pero ¿qué significa ya ser heterosexual en este mundo?

En TikTok, heterosexual significa corriente, “lo de siempre”, como bailar y sincronizar los labios, “sobre todo hypehouse, bailes y povs”, según el Urban Dictionary.

Lo contrario se llama Alt TikTok, donde se reúnen los tipos artísticos, los chicos gays y los góticos. Y, porque va a contracorriente, porque está por encima de lo ordinario, porque celebra ser diferente, parece que Alt es más divertido o -su palabra- “menos aburrido y predecible”.

En TikTok, como en la vida, tal y como empezamos a conocerla ahora, lo heterosexual o lo alt ya no es solo sexo o sexualidad. Si bien es cierto que en algunos sectores, como en Alt TikTok, en una vuelta de tuerca, la heterofobia es real, straight o alt, es ridículo no estar bien con ella.

Tal vez esa sea la pregunta.