De un plumazo, el presidente ruso Vladimir Putin promulgó formalmente una serie de enmiendas contra el colectivo LGBTQ+ que prohíben la igualdad matrimonial y las adopciones de transexuales, y centran la “creencia en Dios” como valor fundamental del país. Las enmiendas homófobas y transfóbicas fueron aprobadas el pasado mes de julio en un referéndum nacional, en el que más del 77% de los votantes votaron a favor de las medidas. Según un informe de AP, las nuevas normas también reajustan los límites del mandato de Putin como presidente, lo que significa que puede cumplir dos mandatos adicionales de seis años en el cargo

Las enmiendas aprobadas por los votantes y promulgadas por Putin prohíben específicamente la igualdad matrimonial y la adopción por parte de personas transgénero. Las enmiendas fueron muy populares entre la población rusa, socialmente conservadora. Los temas religiosos desempeñan un papel importante en la sociedad del país y a menudo impulsan los sentimientos anti-LGBTQ+.

La campaña de apoyo a las enmiendas constitucionales fue especialmente ofensiva. Un famoso anuncio de televisión presentaba a una pareja gay que adoptaba a un niño de un orfanato.

Cuando el niño pregunta al hombre que lo adopta por su nueva madre, el hombre señala su coche, de donde sale un segundo hombre maquillado y con ropa que pretende parecer femenina. El anuncio, titulado “Por qué son importantes las enmiendas a la Constitución”, terminaba preguntando a los espectadores si “esta es la Rusia que eliges”. El vídeo del anuncio fue retirado posteriormente de YouTube.

La vida para la comunidad LGBTQ+ ha empeorado aún más desde entonces. Putin cumplió su promesa de tomar medidas drásticas en una serie de acciones que han silenciado a la oposición. Los profesores de las escuelas de San Petersburgo recibieron instrucciones de revisar los perfiles de las redes sociales de sus alumnos y denunciar a las autoridades cualquier símbolo o apoyo al colectivo LGBTQ+.

Más recientemente, las fuerzas del orden rusas detuvieron a dos hombres homosexuales que habían escapado de la tortura y los abusos en la República de Chechenia, y luego los devolvieron a sus presuntos agresores. Salekh Magamadov e Ismail Isayev habían huido a Rusia después de que las autoridades chechenas supuestamente los detuvieran y torturaran por su activismo LGBTQ+. Antes de su huida, la pareja fue obligada a grabar un vídeo de disculpa profundamente perturbador a manos de las autoridades chechenas. La policía rusa detuvo a la pareja en enero y los devolvió a sus agresores al otro lado de la frontera.