Un profesor de interpretación gay se fija en un adolescente que le recuerda a su primer amor en el sensible drama de Daniel Armando “A Boy Like That”.

Ética de la estética

Tratando con cuidado un tema provocativo, A Boy Like That, de Daniel Armando, explora las dinámicas de poder desiguales en una relación cargada de misterio y aprehensión. Al llegar a Queens, Nueva York, desde Jalisco, México, para enseñar actuación en la New School, Harold (Jaime Zevallos), de 40 años, se encuentra compartiendo inadvertidamente su Airbnb con Félix (Andrés Nicolás Chaves), de 17 años, quien se encariña cada vez más con el hombre mayor.

El guionista y director Armando trató temas similares de deseos tabú, aunque en contextos muy diferentes, en sus anteriores largometrajes Daddy’s Boy y The Breeding. Con la ayuda de sus frecuentes colaboradores, el productor Dane Joseph y el director de fotografía Ryan Balas, Armando ha desarrollado un estilo reflexivo y sensual que envuelve estas historias en un suspense de tipo “¿quieren o no quieren?

En el caso de Harold y Félix, no deberían hacerlo, y la película camina por una fina línea que limita la lucha del profesor por mantener un vínculo puramente platónico, a pesar de la naturaleza cariñosa del joven y su aversión a la ropa. El actor colombiano Chaves, un adolescente convincente en la pantalla, es mayor de edad, y su Félix no resulta ser un simple inocente. Pero Félix es un niño, que recuerda dolorosamente a Harold su primer amor, Pablo Antonio, que murió poco después de que él y el adolescente Harold se dieran su primer beso.

En un giro conmovedor, nos enteramos de que Félix está de luto por su propia pérdida. Harold trata de ser un mentor para el chico afligido, a la vez que se mantiene abierto a las relaciones con parejas apropiadas para su edad, como el apuesto administrador de propiedades Eddie (Juvian Marquez). A lo largo de la historia, Armando agita la olla con flashbacks, fantasías, una reunión familiar sorpresa y una cena un tanto incongruente pero extrañamente fascinante, con una latina de Texas que apoya a Trump y otro padre que le echa el ojo a Félix.

Donde mirar lo admirable

La película –la selección de este mes para la serie de películas Reel Affirmations On Demand- hace muchas florituras atrevidas y románticas, desde sus repetidos destellos de amantes entrelazados, rodando en la arena y las olas como una fantasía de Herb Ritts, hasta una escena del profesor Harold citando a Neruda y a los Efesios a su ansioso alumno. Armando también desliza una llamativa referencia a la obra de Kubrick Lolita para acompañar el desfile de banderas rojas que advierten a Harold de que debe frenar su marcha. ¿Lo harán, o no lo harán, y lo que se puede ganar o perder irremediablemente?

Entre los acordes de la inquietante partitura original de Brett Walling, que se alternan con clásicos de Debussy y Bizet, Harold y Felix se esfuerzan por liberarse, y tal vez el uno del otro, de los remordimientos del pasado.