La historia
Un joven conoce a un desconocido que le convence para ir a visitar un lugar prohibido.
La familia del chico, al enterarse, se opone y le informa de que se va a vivir con su tío. El chico no tarda en salir de su casa, donde se encuentra con su amigo y se ve envuelto en aventuras y experiencias salvajes hasta que sus padres vienen a buscarlo.
Se trata de una premisa sencilla, pero no hay nada sencillo en su ejecución para esta última entrada de Pixar titulada Luca. Por el contrario, esta película de animación transmite algunos mensajes hermosos sobre la búsqueda del propio camino, la definición de las amistades y la familia, todo ello de una forma deslumbrante que casa con el arte y la historia.
En 2011, Enrico Casarosa presentó a Pixar un cortometraje que hasta la fecha ha sido mi favorito por su arte único. La Luna tiene un estilo que es a la vez nuevo en la forma en que fue animado, pero muy antiguo en las hermosas imágenes que presentó. Casi parecía una película de otro mundo.
Ahora, 10 años después, el estudio que nos dio Toy Story y Coco ha presentado el debut en el largometraje de Casarosa con Luca, y gran parte de esa misma imaginación y animación de otro mundo vuelven a estar presentes. Por supuesto, los tráilers han dejado claro de dónde viene Luca.
Es un monstruo marino que vive en las aguas de la Riviera italiana. De hecho, hay una comunidad de monstruos marinos que viven allí. También se sabe que, una vez fuera de las aguas y secos, pueden pasar por humanos. Lo que no conocemos son los compañeros que tiene Luca.
Primero conoce al pícaro Alberto, que deslumbra a Luca con ideas de explorar el mundo juntos en una Vespa. También está Giulia, una joven que visita a su padre durante el verano y que quiere ganar un triatlón y destronar al matón del pueblo.
A medida que crece la amistad de Luca con Giulia, Alberto empieza a sentir una sensación de abandono, algo con lo que está tristemente familiarizado. Las complicaciones de la trama comienzan a sucederse, incluyendo algunas sorpresas y giros que no vi venir.
Sin embargo, esto es Pixar y debe haber un final feliz, pero en la mejor de las tradiciones de Pixar, este era uno que debería haber visto venir, pero no lo hice. Me pilló completamente por sorpresa e incluso estuvo a punto de ir demasiado lejos con su sentido de “felices para siempre”, pero otra escena sorprendente que involucra a Luca y Alberto al final puso el foco en lo que es el corazón de esta historia, y es el poder de la amistad y el amor.
El reparto de voces de esta película fue excepcional, especialmente con los personajes de Luca (Jacob Tremblay) y Alberto (Jack Dylan Grazer). Ambos se comprometieron plenamente a dar vida a estos personajes que dieron a esta película la resonancia emocional que tanto necesita.
También está el rudo personaje del padre de Giulia, Massimo (Marco Barricelli). El suyo fue el más sorprendente, con una voz que encajaba con el imponente aspecto animado del personaje, pero que también podía suavizarse y resultar un gigante amable.
Last but not least
Por último, la animación es deslumbrante. Mientras que los personajes son agradables de ver, es el escenario de este pueblo donde se desarrolla la historia lo que es impresionante.
Como en muchos largometrajes de Pixar, los detalles son perfectos, desde las texturas hasta los colores, e incluso la forma en que algunos edificios están inclinados, lo que da vida a esta película. Yo mismo casi podía sentir el entorno y oler el agua del mar con la calidad de la animación.
Una vez más, Pixar ha demostrado por qué es uno de los estudios de animación más valorados de la industria. Sus películas están creadas con un equilibrio perfecto entre los detalles de los personajes, la narración y la animación artística, lo que convierte a Luca en otro triunfo de una larguísima lista de triunfos de Pixar y Disney.
