El Cazador En Netflix es Un thriller sobre la primera vez y ahora en el Salzgeber Club: la última película de Marco Berger, “Young Hunter”, combina el despertar gay de un joven de 15 años con una oscura trama criminal. Todas las entradas agotadas en corta exhibición en ese país europeo.
De la colección de Marco Berger solo se ve El Cazador En Netflix y no todos tiene ese servicio en Alemania
El director argentino Marco Berger está especializado en estudios cinematográficos sobre la hipermasculinidad. Lleva al extremo los comportamientos masculinos estereotipados, para volcarlos deliciosamente, y se apoya en el erotismo con un alto componente voyeurista.
En el thriller sobre la salida del armario “Ausente” (2011), ganador de un premio Teddy, la cámara se desliza a menudo sobre cuerpos entrenados en bañador y sus bultos. O el equipo de artes marciales, principalmente semidesnudo, de “Taekwondo” (2016), cuya fachada heterosexual empieza a resquebrajarse.
El Cazador En Netflix no es una excepción en el lenguaje de los videos gay argentinos que le han dado fama al director
Ezequiel, de 15 años, ya ha tenido su primera experiencia sexual con chicas. Sin embargo, le ha quedado claro que su camino debe llevar a otra parte. Así que mientras sus padres están fuera, intenta utilizar la habitación libre de tormentas para explorar su deseo del mismo sexo en la práctica. Pero todos los torpes intentos de iniciación caen en saco roto cuando invita a los chicos a la piscina, les sirve cerveza y revistas porno hetero y les sugiere que se masturben juntos.
Pero cuando su mirada se cruza con la del genial Mono tatuado en un parque de skate, Ezequiel intuye inmediatamente que su primera vez está a la vuelta de la esquina. Se enamora del hombre mayor, y el sentimiento parece ser mutuo. Pero Mono no es quien dice ser. Después de que los dos se juntaron, Ezequiel no tiene dónde localizarlo. No quiere resignarse a ser un fantasma, pero la búsqueda del Mono arrastra a Ezequiel cada vez más profundamente a unas repugnantes maquinaciones criminales de las que ve pocas posibilidades de salir.
Juan Pablo Cestaro en el papel de Ezequiel es uno de los puntos fuertes de la película. Su discreta actuación combina de forma ideal la ingenuidad pubescente con el despertar de la conciencia del propio carisma sexual y el poder que puede conllevar. La monobrazo del actor, tan llamativa como atractiva, ensombrece desde el principio su rostro aniñado.
Mientras se observa, Berger sabe cómo construir cada vez más la tensión de un thriller, incluso si utiliza medios artesanales como una banda sonora ominosa. La película también está inteligentemente concebida en el plano cuando el despertar sexual se convierte repentinamente en malestar y el público tiene dificultades para distinguir entre cazador y cazado, autor y víctima.
El autor y el género
Sin embargo, Berger no consigue combinar a la perfección la credibilidad del thriller con la constitución interior de su protagonista con “El cazador” – (también te pusimos el enlace de youtube por si tampoco tienes Netflix y no estas en Alemania). Así, las maquinaciones criminales que sumergen a Ezequiel en un dilema moral se asemejan más a una historia de robo tirada por los pelos, que apenas tiene que ver con la cruel realidad de la producción de pornografía infantil. Y así, tras el final de la película, uno se queda desgraciadamente con la rancia impresión de lo que es esencialmente una escabrosa película de explotación infantil.