Los cubanos votarán este domingo si aprueban un nuevo ‘código de la familia’; el sí a las nuevas leyes favorables al colectivo LGBT, que legalizaría el matrimonio homosexual e impulsaría los derechos de las mujeres, con el gobierno instando a los ciudadanos a votar “sí” a pesar de la ira por la peor crisis económica en décadas.

Izquierda de vanguardia

El gobierno de la isla, durante mucho tiempo la vanguardia de la izquierda latinoamericana, ha inundado en la última semana los medios de comunicación estatales con historias e imágenes de celebración que promueven el voto a favor del código.

La campaña ha incluido anuncios promocionales en la radio y la televisión, llamativas vallas publicitarias en los bordes de las carreteras que promueven la diversidad, concentraciones a lo largo de la pintoresca explanada del Malecón de La Habana y tuits del presidente Miguel Díaz-Canel, que ha calificado el “sí” como un voto “a favor de la democracia“.

Código del sí a las nuevas leyes favorables al colectivo LGBT

El nuevo código, de 100 páginas, consolidaría las leyes de Cuba en torno a una política social progresista: legalizaría el matrimonio y las uniones civiles entre personas del mismo sexo, permitiría a las parejas del mismo sexo adoptar niños y promovería el reparto equitativo de los derechos y responsabilidades domésticas.

Pero los analistas consultados por Reuters dijeron que la votación conlleva una carga adicional en un momento en el que el gobierno –cargado por las sanciones de Estados Unidos y los impactos persistentes de la pandemia del coronavirus– está luchando para proporcionar suficientes alimentos, medicinas, combustible y electricidad a su pueblo.

El contenido y sus implicaciones 

“La cuestión es que mucha gente votará… como protesta o por lealtad al gobierno, mucho más que por el contenido”, dijo Bert Hoffmann, experto en América Latina del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área.

“Y eso sería una pena”, dijo.

El sí a las nuevas leyes favorables al colectivo LGBT ante las encuestas

No hay encuestas de opinión fiables en Cuba, pero históricamente los referendos en el país se han aprobado por amplias mayorías y con una participación superior al 90%. La votación del domingo, sin embargo, será la primera de este tipo desde que se legalizó el internet móvil en diciembre de 2018, lo que ha permitido que las opiniones disidentes se difundan más ampliamente.

También será la primera votación desde que las protestas generalizadas del año pasado ofrecieron una visión del creciente -y sin precedentes- malestar y enfado con el gobierno por las dificultades económicas.

“Será un voto de castigo al régimen”, escribió el cubano afincado en Madrid Yunior García en una reciente columna para 14ymedio, el periódico online de Yoani Sánchez, una destacada disidente cubana.

Los machos de Cuba y la heteronomatividad de la prensa

García dijo que no era el momento de apoyar una iniciativa patrocinada por el Estado. El enfado con el gobierno, predijo, se fusionaría con la cultura machista tradicional y la oposición evangélica para hundir el código.

Pero Rafael Hernández, uno de los principales pensadores políticos de Cuba y director de la revista de vanguardia Temas, advirtió que mezclar temas como la economía y el código de familia era un error.

  • “Si (la oposición política) apoya los derechos humanos, debería apoyar también el código”, dijo Hernández a Reuters en una entrevista en La Habana. Calificó el código de “audaz” y “un salto adelante para los derechos humanos” en Cuba.
  • “Politizar el código es una forma de intentar polarizar aún más la situación nacional… pero creo que la mayoría de los cubanos entienden que el código es de su interés”, dijo.

PUNTOS CONFLICTIVOS

El código se ha debatido durante meses en reuniones populares muy publicitadas en las que ha participado más del 50% de los 11,2 millones de habitantes del país, un diálogo que, según el gobierno, ha garantizado que se escuche la voz del pueblo.

La oposición más ruidosa y organizada ha procedido de los cristianos: católicos, metodistas y evangelistas.

La iglesia católica de Cuba

La Conferencia Episcopal de Cuba criticó la semana pasada la inclusión del matrimonio homosexual en el código, entre otros elementos, en una misiva leída desde los púlpitos de toda la isla caribeña.

  • “Nos decepciona que estas y otras propuestas que fueron fuertemente cuestionadas por la sociedad permanezcan intactas en el código”, decía la carta.

Pero Ariel Suárez, vicesecretario de la Conferencia de Obispos Católicos, dijo a Reuters que la presión del gobierno sobre el “sí” en los medios de comunicación estatales había ahogado su voz.

  • “La Iglesia no ha tenido acceso a esos medios”, dijo Suárez.

Sin embargo, para muchos cubanos de a pie, el cambio de norma propuesto es bienvenido.

El sí a las nuevas leyes favorables al colectivo LGBT y las nuevas generaciones políticas

Betty Pairol, de 33 años, que participó el sábado en un acto en el Malecón de La Habana organizado por la Unión de Jóvenes Comunistas, dijo que las protecciones mejoradas del código para las mujeres se merecían desde hace tiempo.

  • “Este código garantizará nuestros derechos”, dijo. “Da un golpe al patriarcado”.