La masculinidad tóxica, arraigada en la estructura social, ha sido un componente clave para mantener la hegemonía masculina dentro del espectro de género y lo binario. En el contexto de la teoría queer, esta forma de masculinidad se reconoce como una herramienta de opresión que reafirma y sostiene las categorías binarias de género y sexualidad. Autores como Judith Butler han iluminado esta dinámica, destacando cómo la sociedad impone roles y expectativas basados en la idea de la masculinidad convencional.

Desmontando Cánones: La Disidencia Sexual y de Género

La teoría queer ha desafiado los moldes establecidos, erosionando la rigidez de las categorías tradicionales de género y sexualidad. Figuras como Eve Kosofsky Sedgwick han resaltado cómo esta teoría proporciona una plataforma para la disidencia, dando voz a aquellos marginados por su orientación sexual o identidad de género. Al hacerlo, ha desafiado la visión binaria de lo masculino/femenino y heterosexual/homosexual.

Manifestaciones de la Masculinidad Tóxica

La masculinidad tóxica adopta diversas formas, desde la falta de empatía hasta la perpetuación de la hipercompetitividad y la necesidad de controlar. Psicólogos como Terry Kupers han examinado cómo estos rasgos regresivos promueven la dominación, la devaluación de las mujeres, la homofobia y la violencia gratuita en la sociedad.

Retos y Superación: Combatir la Masculinidad Tóxica

Para contrarrestar estos patrones negativos, es esencial reconocer su presencia y trabajar activamente para superarlos. Gente como Raewyn Connell han abogado por desafiar los estereotipos de género arraigados en los valores masculinos, promoviendo una masculinidad más inclusiva y sensible que no se base en la dominación o la opresión.

Construyendo un Mundo Equitativo

La superación de la masculinidad tóxica implica desafiar las normas obsoletas y crear espacios donde todos los géneros sean valorados por igual. Sociólogos como Michael Kimmel han abogado por transformar los aspectos dañinos de la masculinidad tradicional para forjar una sociedad más justa y equitativa para todos, independientemente de su identidad de género u orientación sexual.

Frank Castellanos