En años recientes, ha habido un reconocimiento creciente de las complejas formas en que los sistemas interconectados de opresión influyen en la vida de las personas que se identifican como parte de la comunidad LGBTQ+, particularmente aquellas que también se identifican como personas de color (POC) e inmigrantes. Esto es especialmente cierto en el contexto de la publicidad, donde los mensajes reflejan y refuerzan actitudes sociales hacia la diferencia. En este artículo, recurro a la teoría queer y a las perspectivas antropológicas para explorar la dinámica de: el racismo y la xenofobia en la publicidad dirigida a la comunidad LGBTQ+. A través del examen crítico de la literatura existente y ejemplos contemporáneos, argumento que estos anuncios a menudo reproducen estereotipos dañinos y contribuyen a patrones persistentes de exclusión y marginación.

Interseccionalidad y opresión

Para entender las dinámicas del racismo y la xenofobia en la publicidad LGBTQ+, es fundamental adoptar una aproximación interseccional que reconozca las complejas formas en que diferentes formas de opresión se cruzan y superponen. Como han señalado académicos como Kimberlé Crenshaw, ignorar las intersecciones entre la identidad racial, étnica y nacional y la identidad sexual y de género puede dar lugar a análisis simplistas que no tienen en cuenta las diversas experiencias de las comunidades marginadas. Por ejemplo, si bien algunos miembros de la comunidad LGBTQ+ pueden gozar de determinados privilegios basados en su raza, clase o estatus migratorio, otros enfrentan múltiples formas de discriminación y marginación que afectan su acceso a recursos, oportunidades y aceptación social.

La Reproducción de Esterotipos Dañinos

Una forma en que el racismo y la xenofobia se manifiestan en la publicidad LGBTQ+ es a través de la reproducción de estereotipos perjudiciales. Dichos estereotipos pueden asumir muchas formas, desde la exótización y fetichización de grupos raciales o étnicos particulares hasta la representación de inmigrantes como amenazas a la seguridad nacional o pureza cultural. Al hacer uso y reforzar dichos estereotipos, los responsables de la publicidad contribuyen a la construcción de identidades limitantes que reducen a las personas a simples caricaturas en lugar de reconocer plenamente su humanidad y complejidad.

Un ejemplo ilustrativo es un anuncio de 2021 para una popular aplicación de citas que presentaba a un hombre blanco cisgénero y a una mujer sudasiática cisgénera participando en un apasionado beso, acompañado por el texto «El amor no conoce fronteras». 

Si bien el mensaje del anuncio podría parecer inclusivo y acogedor, la imaginería visual refuerza la idea de que las relaciones entre personas de diferentes razas o etnias son intrínsecamente exóticas y emocionantes, más que simplemente normales y cotidianas. Además, el hecho de que la pareja sea retratada como heterosexual profundiza aún más la invisibilización y la marginalización de los individuos LGBTQ+ dentro de las comunidades inmigrantes.

Exclusión y Marginalización:

Otra manera en que el racismo y la xenofobia operan en la publicidad LGBTQ+ es a través de la exclusión y marginalización implícitas o explícitas. Por ejemplo, los anuncios pueden presentar únicamente a blancos, cisgéneros y capaces, lo cual envía a los espectadores que no encajan en esta descripción la señal de que no son bienvenidos ni valorados dentro de la comunidad LGBTQ+. Alternativamente, los anuncios pueden mostrar a los inmigrantes o a las personas de color en papeles secundarios o sumisos, reafirmando así jerarquías de poder y privilegio que sitúan a éstos en posiciones inferiores o menos dignas de respeto.

Consideremos, por ejemplo, un anuncio de 2022 para una importante cadena minorista de ropa que presenta a un grupo de amigos asistiendo a un desfile del Orgullo. Aunque el anuncio incluye varios individuos LGBTQ+ evidentes, todos ellos son blancos y parecen ser profesionales de clase media. Mientras tanto, las pocas personas de color que aparecen en segundo plano generalmente permanecen en un segundo plano, observando los festejos a distancia en lugar de participar directamente. Representaciones como esta sugieren que la comunidad LGBTQ+ está principalmente compuesta por individuos blancos y de clase media, y que las personas de color y los inmigrantes solo son figuras periféricas cuya presencia es tolerada pero no verdaderamente aceptada.

Hacia una Publicidad Inclusiva e Interseccional:

Para impugnar y perturbar las dinámicas del racismo y la xenofobia en la publicidad LGBTQ+, es imperioso que los responsables de la misma adopten una aproximación explícitamente interseccional que coloque en el centro las voces y experiencias de las comunidades marginadas. Ello implica buscar activamente y ampliar las historias y perspectivas de los individuos LGBTQ+ que ocupan múltiples lugares de marginación, incluida gente de color, inmigrantes, personas discapacitadas y quienes viven en las intersecciones de género, sexo y sexualidad. También significa retar y desmontar los estereotipos nocivos y supuestos que continúan circular en los medios y la cultura dominante.

Sin embargo, es importante reconocer que la representación sola no basta para abordar las raíces profundas de las desigualdades e injusticias estructurales que afectan a las comunidades marginadas. Para lograr un cambio real requiere un compromiso sostenido con la dirección de las causas fundamentales de tales desigualdades, incluyendo el sistemático racismo, xenofobia y explotación económica. Trabajando juntos a través de líneas divisorias y construyendo coaliciones de solidaridad y resistencia, podremos crear una sociedad más justa y equitativa que valore y celebre la diversidad y riqueza de nuestra experiencia humana compartida.

El racismo y la xenofobia en el seno de los hombres gay y bisexuales:

Es preciso resaltar que, aunque todas las orientaciones sexuales e identidades de género experimentan formas de discriminación y marginación, hay estudios que indican que los hombres gay y bisexuales negros, latinos, asiáticos y otras personas de color enfrentan barreras adicionales debido al racismo internalizado y a las expectativas socioculturales de belleza masculina idealizada predominantemente blanca. La investigación demuestra que estos factores inciden en la autoimagen, la salud mental y física, y las oportunidades de relacionamiento romántico y sexual de estos hombres. 

Los anuncios publicitarios que perpetúan estereotipos dañinos, como el fetiche de los cuerpos morenos hipermasculinizados, contribuyen a la perpetuación de estas dificultades. Es necesario promover una mayor diversidad en la publicidad LGBTQ+ que muestre una variedad de tipos de cuerpo, edades, etnias y expresiones de género, con el fin de contrarrestar estos efectos adversos y empoderar a los hombres gay y bisexuales de color a sentirse cómodos consigo mismos y aceptados por la comunidad LGBTQ+ en su conjunto.

Frank Castellanos