El uso de cigarrillos electrónicos o vapes ha aumentado de manera significativa en varias poblaciones, y uno de los grupos donde más se observa esta tendencia es en la comunidad queer. Diversos estudios y reportes han puesto de manifiesto que los jóvenes y adultos LGBTQ+ tienen más probabilidades de probar y utilizar productos de vapeo, lo que plantea preguntas sobre las causas y los riesgos asociados a este fenómeno. Vamos a explorar juntos los motivos detrás de este aumento, los riesgos de vapear y cómo la industria del tabaco se ha dirigido hacia estos grupos, con un enfoque en las realidades que enfrenta la comunidad queer.

¿El vapear es cosa queer?

El vapeo se ha popularizado de manera global, pero la comunidad LGBTQ+ ha mostrado tasas de consumo mucho más altas que sus pares heterosexuales. Un informe reciente del Cirujano General de los Estados Unidos destacó que alrededor del 37.8% de los adultos lesbianas, gais y bisexuales han probado los cigarrillos electrónicos, una cifra significativamente mayor que el 16.5% de los adultos heterosexuales. Este fenómeno también se refleja en los jóvenes, ya que los adolescentes queers tienen una tasa de consumo de cigarrillos electrónicos mucho más alta que los adolescentes heterosexuales.

El uso elevado de vapes en la comunidad queer no es un fenómeno aislado, sino que responde a varios factores sociales y psicológicos que afectan la salud mental y física de este colectivo.

El marketing del vapear y de la industria del tabaco dirigido a la comunidad queer

Uno de los factores más importantes que contribuye al aumento del vapeo entre los jóvenes y adultos queer es el marketing dirigido por la industria del tabaco. Durante años, las compañías de tabaco han dirigido campañas publicitarias hacia las comunidades marginadas, incluidas las personas de color y los LGBTQ+. De hecho, se ha demostrado que la industria ha patrocinado eventos de orgullo gay y ha hecho donaciones a organizaciones enfocadas en el VIH/SIDA para posicionarse como un «aliado» de la comunidad queer.

Aunque esto puede parecer una estrategia de apoyo, la realidad es que estas campañas promueven indirectamente el consumo de productos de tabaco y vapeo, lo que ha contribuido al aumento del uso de estos productos entre la población LGBTQ+. Al asociar el vapeo con el empoderamiento, la aceptación y la identidad queer, la industria ha logrado atraer a un público vulnerable.

El estrés minoritario y el uso de sustancias en la comunidad queer

Un factor psicológico clave en el consumo de vapes entre los jóvenes y adultos LGBTQ+ es lo que se conoce como la «teoría del estrés minoritario». Esta teoría sugiere que los miembros de grupos marginados, como la comunidad queer, experimentan niveles más altos de estrés debido a la discriminación y el rechazo social. Este estrés adicional puede tener efectos devastadores sobre la salud mental, lo que lleva a muchas personas a recurrir al uso de sustancias como el tabaco y el vapeo como una forma de afrontamiento.

El informe del Cirujano General indicó que los adultos LGBTQ+ que experimentaron discriminación debido a su orientación sexual mostraron una mayor probabilidad de consumir productos de tabaco, incluido el vapeo. Este fenómeno es particularmente preocupante entre los adolescentes LGBTQ+, que se encuentran en una etapa vulnerable de desarrollo, donde la presión social y la búsqueda de aceptación son intensas.

El impacto de vapear en la salud física y mental

El vapeo, aunque promocionado como una alternativa menos dañina que fumar cigarrillos tradicionales, no está exento de riesgos. Los productos de vapeo contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva que puede tener efectos perjudiciales sobre la salud. La nicotina puede afectar el cerebro, particularmente en los adolescentes, alterando el desarrollo cognitivo y aumentando la probabilidad de dependencia a largo plazo.

Además, los líquidos de los vapes contienen una variedad de sustancias químicas que, al ser inhaladas, pueden dañar los pulmones y el sistema respiratorio. Diversos estudios han demostrado que el vapeo puede causar inflamación en los pulmones, bronquitis crónica e incluso afectar la capacidad pulmonar. Aunque los daños no siempre son inmediatos, los riesgos acumulativos son preocupantes.

Desde un punto de vista psicológico, el uso de vapes puede ser una forma de «escape» para las personas LGBTQ+ que enfrentan altos niveles de estrés, ansiedad y depresión. Si bien esto puede proporcionar un alivio temporal, a largo plazo puede empeorar los problemas emocionales y aumentar la dependencia de la sustancia como un mecanismo de afrontamiento.


El atractivo del vapeo en la juventud queer

El aumento del vapeo en la juventud queer no solo responde a la influencia del marketing, sino también a factores culturales y sociales. Los vapes son considerados por muchos como un «accesorio moderno», parte de una cultura juvenil que busca diferenciarse y expresar su identidad de manera única. Para muchos jóvenes LGBTQ+, vapear no solo es una actividad recreativa, sino una forma de pertenecer a una subcultura que celebra la individualidad y la libertad de expresión.

En este contexto, el vapeo se ha vinculado a la idea de rebeldía y autoexpresión, dos valores muy presentes en la cultura queer. La estética del vapeo, con sus colores brillantes y su capacidad para crear «nubes» de vapor, ha hecho que el acto de vapear se perciba como algo chic y distintivo, lo que atrae a los jóvenes en busca de algo que los haga sentirse especiales y parte de una comunidad.

Cómo prevenir el uso de vapes en la comunidad LGBTQ+

Es crucial crear conciencia sobre los riesgos del vapeo, especialmente dentro de la comunidad LGBTQ+. La educación y la prevención juegan un papel fundamental en la reducción del consumo de productos de tabaco entre los jóvenes queer. Los programas educativos deben abordar tanto los aspectos físicos del vapeo como los factores emocionales y sociales que pueden llevar a las personas a utilizar estas sustancias.

Además, las políticas públicas deben centrarse en la regulación estricta de los productos de vapeo y en la limitación de su promoción a comunidades vulnerables. Es necesario promover alternativas saludables para el manejo del estrés y la ansiedad, como el apoyo psicológico, grupos de apoyo LGBTQ+ y programas de salud mental accesibles.

Vapear no es la respuesta a los problemas emocionales

Aunque el vapeo puede ofrecer un alivio temporal frente al estrés y la ansiedad, no es una solución a largo plazo para los desafíos emocionales que enfrenta la comunidad LGBTQ+. La clave está en proporcionar herramientas adecuadas para que las personas puedan lidiar con sus emociones de manera saludable, sin recurrir a sustancias que puedan dañar su salud.

Es fundamental que la comunidad queer sea consciente de los riesgos asociados al vapeo y que se fomente un enfoque más saludable y sostenible para afrontar los problemas emocionales y sociales. Sólo a través de la educación, el apoyo y la promoción de alternativas positivas, podemos reducir la incidencia del vapeo y mejorar la salud mental y física de todos.