Al mantener la simetría y el equilibrio entre todos los elementos visuales, se logró contar originalmente una historia de horror, por eso te presentamos los Clásicos Queer – Midsommar y que pone de relieve la estética cinematográfica como bandera.

La polémica y las críticas ante esta producción cinematográfica no cesan ni con el paso del tiempo. Las expectativas se han mantenido en torno a este film, que muchos consideran una verdadera cinta de horror, con dosis de folklore que no pasa desapercibido.

Los rasgos de la comedia también están presentes en Midsommar, al igual que el suspenso y alguno que otro detalle culto que únicamente los cinéfilos pueden percibir. Para los más excéntricos, la película es ideal porque combina a la perfección la luz, el color, el sonido y el espacio, con mucha simetría.

El hecho de que sus productores le den tanta importancia a los elementos estéticos, hace que la trama llame aún más la atención de los espectadores. 

Similar a una tragedia griega, el autor ha sabido proyectar todo un transfondo. Leer entre líneas es una habilidad que no todo el mundo tiene, pero cada uno se lleva su propia percepción de la trama. Según veo, Ari Aster fue ingenioso al reflejar la realidad social de Estados Unidos, quizás de una manera grotesca y hasta cierto punto, banal. 

Clásicos Queer – Midsommar – Por qué se ha convertido en una película de culto

Los amantes del cine coinciden al afirmar que el director de Hereditary nos presentó una fábula que combina las costumbres nórdicas, con lo espeluznante de las sectas y los crímenes pasionales. Desde su estreno, de inmediato fue considerada como una película de culto, como si se tratara de una ópera contemporánea.

Al innovar haciendo uso de los diferentes géneros cinematográficos, perfeccionó al máximo el lenguaje audiovisual, apelando a la simbología. A través del terror, los guionistas han encontrado la manera de transmitir metáforas, dejando al descubierto el lado más temible y oscuro de la raza humana. Por ende, el componente emocional es vital para conectar, tocando, aspectos relacionados con la familia, las incoherencias y los convencionalismos. 

El nombre es el tema – Queer es la estética

Tomando como base las vivencias de una pareja en Midsommar, Ari Aster supo muy bien cómo recrear las relaciones tóxicas. Pero, lo que no todos saben, es que inicialmente el proyecto fue encargado por una compañía sueca que pretendía integrar el terror en los rituales de verano (Midsummer).

Por el hecho de estar superando una ruptura amorosa, el autor mezcló todo un acervo cultural, partiendo de los intereses femeninos, los masculinos y algunos traumas psicológicos sin superar.

Así, tuvo la idea de un templo ardiendo en llamas, donde se efectuaban sacrificios, lo que representa la catarsis de la mujer protagonista de la historia, quien logró retomar su libertad, al romper con la opresión. Al incorporar elementos típicos de la zona escandinava, fue sumando algunos detalles en el film, como tradiciones y algunas costumbres paganas.

Otros elementos mitológicos, e incluso, propios de la antropología se aprecian en el argumento de Midsommar. Los productores de la película se dedicaron a estudiar la naturaleza y los dialectos más populares de la región, lo que le añadió mucho más valor a la historia.

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La historia…

En el argumento, se ponen de relieve las vivencias de unos jóvenes que deciden viajar a una localidad remota para despejar la mente de la dependencia que ha prevalecido en su relación, en especial cuando la chica pierde a su familia. Finalmente, lo que inició como una aventura se convierte en una pesadilla macabra, cuando son recibidos por una tribu que estaba activa realizando sus rituales.


Al distorsionarse la realidad, ambos comienzan a alucinar y a fluir con el entorno. Para los aficionados al cine, quizás la trama les resulte algo perturbadora, pero lo cierto es que Midsommar sigue de cerca los estragos de la neurosis colectiva para adentrarse en el subconsciente de la manera más sutil y al mismo tiempo, primitiva.